5 errores comunes del uso de la tecnología en el aula
Cuántas veces se escucha a un profesor decir: “Por favor alumnos, guarden sus celulares y presten atención a la lámina”. Parece que estos dispositivos suelen ser los enemigos del aprendizaje. Sin embargo, cada vez se vuelve más imprescindible el uso de la tecnología para las tareas cotidianas, incluso para aprender dentro de un salón de clases.
Aun así, hay 5 errores comunes que se cometen cuando se quieren usar las herramientas de las tecnologías de la información y comunicación (tic) en el aula de clase. A continuación los presentaremos:
- Falta de planificación: si el docente o profesional tiene una gran motivación por el uso de las tecnologías en el proceso de enseñanza, debe tener presente la planificación. Ante el desconocimiento del uso correcto y pedagógico de las herramientas tecnológicas en la clase presencial, lo mejor es analizar y determinar sus beneficios y desventajas. No se puede tomar una decisión solo porque la tecnología es el tema de moda, es imprescindible elaborar una planificación formativa. Si esto no se hace, su uso en la enseñanza puede resultar parecido a forzar una pieza del rompecabezas en un lugar que no corresponde.
- Subestimar: muchas veces se piensa que como los jóvenes estudiantes nacieron en la era digital, pueden manejar la tecnología a la perfección…, esto es solo un mito. Los estudiantes están acostumbrados a la utilización lúdica o recreativa de la tecnología, pero cuando se enfrentan a su uso académico surgen dudas y, con ellas, la necesidad de desarrollar competencias que le permitan la búsqueda de información educativa óptima en la web. Para esto, los docentes requieren estar lo suficientemente preparado en las tic con el fin de orientar a sus estudiantes en una adecuada y eficiente utilización.
- No todo lo que brilla es tecnología: la tecnología como apoyo a la clase presencial va más allá de la digitalización de materiales, la utilización del videobeam en clase o enviar las asignaciones por correo electrónico. El objetivo final de la tecnología, como apoyo a la clase presencial, es dar pie a espacios colaborativos, dinamizar la docencia y hacer más amigable el contenido a presentar. Es por ello que con antelación el profesor se debe preguntar: ¿quiero usar la tecnología para hacer la clase divertida?, ¿quiero incluir la tecnología como parte de mi planificación? Para responder a estas preguntas se debe tener claro el objetivo que esta cumplirá dentro de la clase.
- Uso excesivo: imagina que vas a una clase presencial y comienza con un video de 5 minutos, luego, piden que investigues un concepto en internet a través del celular, después, indican que publiques en Twitter tu opinión sobre lo investigado y, por último, el profesor te indica que al llegar a tu casa revises el correo porque hay una nueva tarea virtual… suena agotador. Esta utilización excesiva de la tecnología no contribuye al desarrollo de competencias en el estudiante, todo lo contrario, ¡lo distrae!, solo querrá desaparecer de sus redes sociales por un buen tiempo. Lo pertinente es que la tecnología se integre poco a poco a las clases, sin abusar de ella.
- Sí apoyo, no sustitución: Una clase presencial no puede tener un tutor virtual, y solo se debe recurrir a una clase a distancia, en casos de especiales. Cuando se planifica integrar la tecnología al aula, no se busca que esta sustituya al profesor, sino que sirva como complemento para su excelente desarrollo. No debe dejarse toda la responsabilidad a las tic, pues los contextos de enseñanza y aprendizaje necesitan de un proceso reflexivo y evaluativo que ni la plataforma virtual más inteligente puede atender.